
sábado, 19 de diciembre de 2009
PUTA (Cartas para Gonzalo, Nº 19)

miércoles, 9 de diciembre de 2009
TANGAMENTE (Cartas para Gonzalo, Nº 18)
“Abrázame fuerte que por dentro me oigo muertes, viejas muertes, agrediendo lo que amé.”
Balada para mi Muerte (Ferrer/Piazzola)
Te sé. Tengo tatuado en niebla tu pelo iracundo y desenfadado, tu sexo mendigo y dominante, las pecas de tus hombros a la que accedo abriendo mis brazos como un ángel donado, los que tan encima de mí existen cuando te beso con todos los sabores. Te sé, y con tus fortalezas y tus rejas que me mantuvieron lejana tanto tiempo me hice collares y sujetadores para el cabello, y cada tarde que me negaste la entrada y cerraste los ojos a mi pasión de pehuenche oscura sirvió para enlazarte a traición después, cada vez que en punta de pies te busqué la boca fue recompensado con la tuya en mis tobillos para instalarme los huracanes que destila tu lengua.
Te bordo las pasiones y te muerdo la esperanza… Pero ¿me conoces tú con la contundencia de saber que tiritan mis labios cuando me derramas encima la semilla de tus olmos? ¿Tú conoces el poderío que se doblega ante ti? ¿mi potencia trastocada en caricia que tiembla? ¿mis miedos escondidos en pequeñas cajas de avellano? ¿las luciérnagas del pubis? ¿los volcanes y mis abrazos telúricos? ¿la muerte que se me enreda en el pelo y esa tristeza de fondo que tiene el sol que me alumbra? ¿me ves en los escarabajos negros que arrancan entre las piedras? ¿en las certezas que se diluyen en el jugo de naranja de tu desayuno? ¿en el café que te bebes a las diez de la mañana? ¿me reconoces acaso en las mujeres de agua que te miran sin saber que tejes orgasmos? ¿y en los hombres andinos que no leen? ¿y en los viejos que caminan ralentizando la mudez perenne? ¿y en los sexos enhiestos de los jóvenes que prolíficamente reparten el olor de sus violetas? ¿y en la mala pirueta que te desnuca me ves?
Amigo, ¿me ves o vendrás apenas a marcarme la carne a las seis de la mañana?
sábado, 28 de noviembre de 2009
CON BALCÓN AL MAR (Carta Nº 17)
Joaquín Sabina
Primavera de 2009
Querido Gonzalo:
Un año después nos reunimos para compartir un café. Mientras hablas con la intensidad que siempre te ha precedido, miro la barba entrecana que no existía antes y me pierdo en las manos delgadas que alguna vez contuvieron mi garúa.
Cada vez que bebo un café en tu nombre siento en el pubis un presagio oscuro. ¿Ristretto? Sí, Ristretto porque es un amor condensado, profundamente aromático, denso en su esencia, líquido, caliente, breve… sobretodo breve. Me queda en la lengua el sabor de tu efímera estadía por mucho rato, puedo cerrar los ojos y volver nuevamente a amarte en la ausencia que no te duele como a mí.
El aliento de una última palabra queda en mi cuello por los eones en los que la ópera salió de tus manos hacia el alambique tibio y cobrizo en el que empiezan mis piernas. Observo las vetas del roble que contiene en su interior mis uvas retintas, el lagar en el que reposa mi castaña donación tardía, y me sorprendo al verme aún en la copa.
Me abrazas y tus manos cruzadas al final de mi espalda me estremecen los tatuajes que la lluvia de Valparaíso me dejó hace doce meses. Los huracanes me cimbrean hasta doblarme en dos partes: una de ellas se aleja y cruza la calzada, la otra se queda siempre en ti porque el amor tiene balcón al mar.
MILITA
sábado, 2 de mayo de 2009
REGÁLAME EL COMIENZO (Carta Nº 16)
ADIÓS (Carta Nº 15)
LA INVITACIÓN (Carta Nº 14)
LA CARTA QUE NUNCA ME ENVIASTE (Carta Nº 13)
CEMENTERIO MALDITO (Carta Nº 12)
LA LOBA (Carta Nº 11)
LA DESMEMORIA (Carta Nº 10)
DÉJAME TEMBLAR (Carta Nº 9)
TE SALGO A BUSCAR (Carta Nº 8)
LA CAÍDA (Carta Nº 7)
ARIA DEL DESEO (Carta Nº 6)
Hola, amigo:
Hoy me siento a escribirte sin urgencia, he puesto un gran lienzo negro y escribo en él enajenada y sudorosa.
¿Miraste mis contorsiones eróticas? ¿Escuchaste mis balidos de oveja atacada? ¿Amarraste mis libertinos deseos o los dejaste torear tus debilidades?
Te escribo en el alfabeto húmedo y lascivo que aprendimos hace mucho, que santifica y prostituye la infertilidad de mi vientre. Pulso tu cuerpo como una guitarra desgreñada, hago latir en sus notas la desmemoria, toco en sus cuerdas ajadas tu palidez sin concierto.
Esta luna ensangrentada de duelos prematuros gime, es una doliente oscura, silenciosa, asombrada, ardiente…
Suicidada la esperanza sin aspavientos, te escribo porque mi entrepierna canta óperas.
¿CAMINEMOS? (Carta Nº 5)
Te escribo para decirte que tomes mi mano sin pudor. No me sueltes. Sólo eso.
P.S. Hay una luna que brilla por ambos.