sábado, 2 de mayo de 2009

TE RECUERDO (Carta Nº 4)

Mi lejano:
Estoy en esta ventana mirando el horizonte sin nombre de tu ausencia. Cuando cierro los ojos, yo recuerdo como susurros de luna acuchillada.
Yo recuerdo, ojos de océano, la lujuria sin nombre de la siesta de tus muslos. Recuerdo, ojos de león, la tibieza del ocaso de múltiples horas inquietantes que pasaron por mi cuerpo marcándome los compromisos de tu roce.
Grito en las fronteras del tiempo moribundo. Grito en las fronteras de tu cárcel de vidrio claro para quebrarte: “¡Mírame, hombre infiel y aterrante, mírame, por Dios, mírame!” Y caigo a tus pies de medio dios como una hoja marchita de olvidos.
Tengo en las manos invitaciones araucanas para que presencies el rito sacrílego de dos cuerpos tiritando. Tengo entre las manos ramos de margaritas tristes para que deshojes alrededor de mi lecho. Tengo entre las manos la llave que abre las exquisiteces pecadoras de la noche. Te tengo entre las manos como un gorrión de ala rota, te tengo entre las manos y me necesitas como te he necesitado yo para pintar acuarelas de los vientos.
MILITA

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